Hay diversas teorías sobre el uso de aceites esenciales sobre la piel. Una muy extendida es que la piel «se acostumbra» al uso reiterado de ellos y dejan de tener efecto o pueden causar efectos indeseables. Esto puede ser cierto en el caso de algunos aceites esenciales y algunos tipos de pieles, y ciertamente, en la Medicina Aromática los tratamientos siempre tienen un periodo de descanso para que el organismo pueda recuperarse o desechar posibles sustancias tóxicas. Es un ejercicio de responsabilidad hacia uno mismo y de consciencia, el no abusar de ningún tipo de sustancia, sea natural o no, sea ingerida o aplicada externamente.
Creo que es muy beneficioso realizarse uno sus propios preparados e ir cambiando en función de lo que nuestro organismo pide o necesita en cada momento. Admiro a las personas que son capaces de llevar durante años el mismo tipo de perfume o Eau de Toilette (bien, realmente no les admiro, quiero decir que me llaman mucho la atención), ya que a mí me resulta del todo imposible hacerlo en las pocas ocasiones que empleo este tipo de productos, pero me ocurre igual con los preparados de uso cotidiano en higiene y limpieza.
Siguiendo las instrucciones de este libro, y especialmente, recibiendo formación en aromaterapia, cualquier persona es capaz de realizarse sus propios preparados, efectivos, económicos y a su medida, infinitamente superiores a la mayor parte de productos comerciales, pero también es muy bueno escuchar al cuerpo y cambiar o dejar de usar cosas cuando sea necesario. En lo que no estoy de acuerdo es en el tema de que los aceites vegetales no puedan usarse como factor de protección, hidratación y nutrición, en sustitución de cremas y otros potingues, porque la piel se «acostumbre a ellos». ¡¡Bueno, pues déjele que se acostumbre a las cosas buenas que le hacen bien!!
Ciclos de Tratamientos
Una vez preparado el producto según nuestro tipo de piel, se sugiere realizar uno de estos dos ciclos:
1 Aplicar el producto dos veces al día, dos días a la semana.
2 Aplicar el producto dos veces al día durante dos semanas y dejar cuatro semanas de intervalo hasta la próxima aplicación.
Estas son formas de trabajo de la Escuela Anglosajona muy seguras y eficaces, pero cada cual puede encontrar sus propios ritmos según sus necesidades y sensibilidad. Repetimos la idea de que estas informaciones son sugerencias, no verdades cerradas.
Formas de Aplicar los Tratamientos
Experimentar y descubrir las propias reacciones y necesidades.
Observar los tiempos que nuestro organismo indica.
Interrumpirlo si se sufren irritaciones o molestias.
Continuarlo si así se siente.
Antes de aplicar el tratamiento, limpiar bien el rostro. Los jabones clásicos son muy alcalinos y no suelen ser lo más adecuado para la mayor parte de cutis. Es mejor limpiar con un producto de pH ligeramente ácido (5.5) o en el peor de los casos, de pH neutro. También pueden realizarse buenas limpiezas empleando un producto suave tipo SYNDET (del estilo DOVE, jabón sin jabón) con agua tibia.
Aplicar una fina capa del preparado de Aromaterapia propio que hayamos escogido, inmediatamente después de la limpieza, cuando los poros están abiertos. Posteriormente, tras 30 minutos de espera, pueden aplicarse los tratamientos.
Mascarillas faciales
Una mascarilla semanal limpia los poros en profundidad y aclara la piel, retirando las capas muertas de la piel. Las mascarillas pueden hacerse con varias materias primas naturales, para uso casero tenemos dos que son económicas y fáciles de conseguir y emplear: el yogur y la miel. Aquí sí es importante que sean de origen ecológico y en el caso del yogur, de leche entera.
Estos componentes son buenos para todo tipo de pieles, a no ser que la persona sea alérgica a alguno de ellos. La miel es un humectante maravilloso, y el ácido láctico del yogur ayuda a restablecer el pH ácido de la piel, extrayendo también puntos negros.
Pueden hacerse mascarillas mezclando a partes iguales ambas sustancias. Normalmente con 2 ó 3 cucharaditas de cada es suficiente por tratamiento.
Entremezclarlos bien y aplicar de forma generosa en el cuello y la cara durante 10-15 minutos. Enjuagar posteriormente con agua tibia.
Peeling
El peeling en pieles secas es excelente para mejorar el drenaje linfático y eliminar toxinas.
También aporta a la piel claridad y luminosidad al retirar las capas de células muertas acumuladas.
El peeling se elabora con un aceite vegetal y algún tipo de sustancia abrasiva que retire por fricción las capas de células muertas.
Como estamos en un entorno casero, podemos hacer una mezcla de aceite de jojoba con sal marina fina. Debemos hacer una pasta más bien líquida, tomaremos una pequeña cantidad y la aplicaremos sobre el rostro en pequeños círculos suavemente. Una vez acabado el proceso, aclararemos con agua tibia.
Este tipo de tratamiento puede hacerse una vez al mes. También puede aplicarse en el resto del cuerpo.
Está contraindicado en zonas con eczema, psoriasis, varices y otros tipos de complicaciones cutáneas, hay que pensar que es una pequeña agresión, ya que usamos abrasivos que suponen una erosión cutánea.
