La Encefalomielitis Miálgica (ME, por sus siglas en inglés), una afección antes conocida como Síndrome de Fatiga Crónica, se caracteriza por una fatiga severa y persistente que no puede explicarse por una enfermedad subyacente. Esta afección puede mermar considerablemente la calidad de vida de quienes la padecen, y en la actualidad no existe ningún tratamiento médico específico para tratarla y curarla.
Los síntomas de la encefalomielitis miálgica pueden variar considerablemente de una persona a otra, pero la fatiga suele describirse como uno de los síntomas más debilitantes. Esta fatiga no se alivia con el reposo y puede ir acompañada de otros síntomas, como dolor muscular y articular, cefaleas, trastornos del sueño, problemas de concentración y memoria, trastornos digestivos, inflamación de los ganglios linfáticos y aumento de la sensibilidad a los estímulos sensoriales.
El diagnóstico de la encefalomielitis miálgica puede resultar difícil, ya que no existen pruebas específicas que permitan confirmarla. Por tanto, los médicos deben ir descartando otras enfermedades que puedan causar los mismos síntomas, basándose en análisis de sangre, pruebas de imagen y exámenes físicos.
Se desconoce la causa exacta de la encefalomielitis miálgica, pero está ampliamente aceptado que se trata de una enfermedad compleja en la que intervienen una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos. Entre la comunidad científica, existe un sector que opina que el síndrome puede desencadenarse por una infección vírica o bacteriana, la exposición a toxinas ambientales, un desequilibrio hormonal o una respuesta inmunitaria anormal.
Aunque factores psicológicos, como el estrés y la ansiedad, pueden contribuir al desarrollo del síndrome y al empeoramiento de sus síntomas, es importante subrayar que no se trata de un trastorno psicológico. Las personas que la padecen sufren síntomas físicos reales y debilitantes, y es importante que se tomen en serio y reciban el apoyo adecuado.
El tratamiento de la encefalomielitis miálgica se centra en controlar los síntomas y promover un estilo de vida saludable para mejorar la calidad de vida. Es importante tener en cuenta los factores ambientales que pueden afectar a la salud de las personas y hacerlas sensibles a determinadas sustancias químicas, alimentos, olores o sonidos, y minimizar su exposición a estos elementos en la medida de lo posible.
El apoyo emocional y social es esencial para las personas diagnosticadas con encefalomielitis miálgica. Los grupos de apoyo y la terapia individual pueden ayudarles a comprender mejor su problema y a encontrar formas de manejar sus síntomas.
Botiquín de Aceites Esenciales
Los aceites esenciales son extractos concentrados de plantas que, si se eligen adecuadamente, pueden favorecer la producción de energía y ayudar a aliviar los síntomas de la encefalomielitis miálgica. Por lo tanto, estos pueden ser una herramienta útil para ayudar a aliviar algunos de los síntomas, como la fatiga, la falta de concentración y memoria, así como los dolores musculares y articulares.
ALBAHACA EXÓTICA (OCIMUM BASILICUM): el aceite esencial de Albahaca exótica posee grandes propiedades antiespasmódicas que relajan los músculos doloridos. También equilibra el sistema nervioso y ayuda a reducir el estrés y la ansiedad. Es ideal en aplicación por vía cutánea.
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