El Síndrome de Colon Irritable (SCI), también conocido como Síndrome del Intestino Irritable (SII) o Colopatía Funcional, se manifiesta con dolores abdominales, ardor, sensación de malestar general y molestias. El tránsito se ve perturbado y es variable, con diarrea, estreñimiento o alternancia de ambos, hinchazón, flatulencia…
Suele ir acompañado de una sensación de fatiga y trastornos del sueño, y a veces de dolores de cabeza, lumbalgias, problemas urinarios, náuseas, mal aliento y pérdida de peso. En general, los síntomas son sobre todo diurnos.
En caso de pérdida de peso excesiva, anemia, sangre en las heces, fiebre, etc., es imprescindible realizar exámenes complementarios para no pasar por alto otras patologías más graves, como la enfermedad de Crohn, la rectocolitis hemorrágica, una parasitosis, una disbiosis con proliferación de Candida albicans, un tumor, etc.
Es un síndrome muy corriente que afecta a una media del 5% o incluso del 10 al 20% de la población occidental (según diversas fuentes), y más concretamente a las mujeres (el doble, de media). El diagnóstico suele hacerse entre los 30 y los 40 años y afecta al 30-50% de las consultas con el gastroenterólogo.
Este síndrome es muy incapacitante física y socialmente, ya que suele hacerse crónico, pero no reviste gravedad.
Entre las causas identificadas de esta afección, se encuentran el estrés crónico, la fatiga, la ansiedad, las emociones fuertes, los patrones irregulares de sueño (especialmente la alternancia de trabajo diurno y nocturno), una dieta demasiado industrial o inadecuada (demasiado gluten, azúcar, demasiada carne o productos lácteos, presencia de pesticidas, conservantes, alimentos alergénicos o irritantes, etc.) y niveles bajos de serotonina. También puede ser consecuencia del uso prolongado de ciertos medicamentos (antibióticos y también antiinflamatorios como el ibuprofeno, corticoides, la píldora, etc.), o estar desencadenada por una infección intestinal aguda.
Todo ello contribuye a la perturbación del equilibrio de la flora intestinal, lo que puede hacer que la mucosa intestinal sea hipersensible o incluso permeable, pudiendo provocar otros problemas de salud. Dada la estrecha conexión entre el cerebro y los intestinos, a menudo se mencionan las causas psicoemocionales y la naturaleza, a menudo psicosomática, de esta enfermedad.
En la actualidad, el origen de este síndrome sigue siendo poco conocido y, como muchas enfermedades de nuestra civilización, es probablemente multifactorial. Además, adopta una forma diferente según la persona y a veces se asocia a otras patologías (fibromilagia, síndrome de fatiga crónica, dispepsia, cistitis intersticial, etc.). Todo esto significa que su gestión puede resultar a veces difícil.
Según ciertos estudios científicos, un aceite esencial es particularmente interesante para reducir los síntomas del SCI: el aceite esencial de Menta piperita por vía interna, en una cápsula gastro-resistente. Otros aceites esenciales y plantas medicinales también pueden ser útiles. La higiene de vida global resulta primordial en esta patología.
>> Síndrome de Colon Irritable
AE de Menta piperita, Mentha piperita: 2 ml
AE de Albahaca exótica, Ocimum basilicum var. basilicum: 2,5 ml
AE de Cilantro, Coriandrum sativum: 1,5 ml
AE de Jengibre, Zingiber officinalis: 2 ml
AE de Mejorana, Origanum majorana: 2 ml
Preparación: en un frasco de vidrio tintado de 10 ml equipado con cuentagotas, verter los aceites esenciales en las cantidades indicadas (tomar como referencia 1 ml = 30 gotas). Cerrar y agitar para homogeneizar la mezcla.
Empleo: verter 2 gotas de la mezcla en un soporte (comprimido neutro, Solubol + agua…), y tomar 3 veces al día antes de las comidas principales, durante 5-7 días.
Precauciones: desaconsejado en mujeres embarazadas y lactantes, así como para los niños.
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