Con la Navidad a la vuelta de la esquina y a punto de sumergirnos en el frenesí de las compras y los preparativos, rastreamos nuestros pensamientos hasta los portadores originales de regalos y preciosas ofrendas de la Antigüedad.
Desde nuestro primer belén en la escuela infantil, se nos cuenta la historia de cómo los tres sabios del Este trajeron regalos de Oro, Incienso y Mirra al Rey recién nacido. Mientras que el oro sigue siendo hoy en día un símbolo de opulencia y tesoro, el incienso y la mirra fueron abandonados junto a la pila de viejos paños de cocina atados a nuestras pequeñas cabezas y olvidados entre los cuentos.
Afortunadamente, no ha sucedido lo mismo en el entorno de la Aromaterapia. Estos antiguos aceites, son todavía muy apreciados por sus preciosas cualidades, «propias de un rey», y su uso se extiende, no sólo a la Aromaterapia, sino también al cuidado de la piel y la Perfumería, donde siguen siendo tan populares como en tiempos pasados.
Frankincense (Incienso)
La palabra frankincense proviene del término «franc encens», que significa «incienso de calidad» en francés antiguo.
Es originario de Oriente Medio y África, y una de las más famosas «oleorresinas», una goma pálida que brota de la corteza del arbusto Boswellia.
Molida en polvo, la resina desprende un aroma dulce, cálido y balsámico, y es un ingrediente clave en la elaboración del incienso. El aceite esencial, obtenido por la destilación al vapor de agua de la resina, posee un olor más dulce, limpio y fresco que la resina.
En la Antigüedad se consideraba un camino entre los mundos terrenal y divino, y en la actualidad, se emplea en Aromaterapia para promover la relajación, aportando calma y paz interior.
Mirra
Mientras que el Frankincense ha visto crecer su popularidad como ingrediente en los productos de bienestar, cuidado de la piel y fragancias, sabemos mucho menos de su humilde compañera. De hecho, la mirra no es en modo alguno el pariente más pobre de los dos.
El aceite esencial de Mirra cuenta con una amplia e interesante historia. Este modesto arbusto aparece en numerosos registros históricos, que datan de hace casi 4.000 años. Popular en todo el antiguo Egipto, la mirra era una especia muy cara que se empleaba en una serie de procesos cosméticos y medicinales, desde el embalsamamiento de momias, hasta la preparación de tratamientos para el cuidado de la piel de las mujeres con un alto poder adquisitivo.
Los griegos también se deleitaron con las propiedades refrescantes y curativas de la mirra, quienes la utilizaban en mezclas para fragancias y la aplicaban sobre las heridas para ayudar en los procesos inflamatorios y prevenir las infecciones.
Para destilar el aceite esencial que empleamos hoy en día, la corteza del arbusto de la mirra, también conocido como Commiphora myrrha, es perforada, lo que permite que una goma fragante se filtre de sus ramas. Esta goma se destila al vapor, proporcionando un aceite maravillosamente versátil y beneficioso.
En Aromaterapia moderna, la mirra se emplea para tratar una gran cantidad de afecciones físicas y emocionales. Aplicada en compresas, se sabe que el aceite ayuda a combatir la infección causada por una herida. Mezclada con aceites florales o incienso en difusión atmosférica, se dice que la mirra relaja la mente, calma el espíritu y disuelve las emociones negativas.
Después de todo, resulta que aquellos sabios de antaño, supieron elegir el perfecto regalo de Navidad. Por suerte para nosotros, ya no hace falta ser un rey o un sabio para apreciar los beneficios de estos preciosos aceites esenciales; ni siquiera hay que esperar a que llegue la Navidad…
>> BÁLSAMO PARA MASAJE “PLENITUD”
Ingredientes para 100 ml (aprox.)
Aceite vegetal de Coco: 73 g
Cera Bellina: 10 g
Aceite esencial de Mirra: 1,4 g (53 gotas)
Aceite esencial de Incienso Olíbano: 0,9 g (35 gotas)
Aceite esencial de Sándalo Amyris: 0,5 g (17 gotas)
Preparación
1/ Colocar en un recipiente el aceite vegetal de coco y la cera bellina, calentar al baño María.
2/ Cuando la cera esté completamente derretida, retirar del fuego.
3/ Sumergir el recipiente en un baño de agua fría y remover hasta que la preparación se haya enfriado completamente. La mezcla se espesa.
4/ Añadir los aceites esenciales y remover de nuevo.
5/ Transferir el preparado a un tarro de crema de 100 ml.
Indicaciones
Fundente y reconfortante, este bálsamo «borra» los estados de fatiga y debilidad. Enriquecido con aceites esenciales de Mirra e Incienso, invita a la calma y a la meditación.
Empleo
Enciende unas cuantas velas para crear un ambiente relajante, toma la cantidad equivalente a 1 o 2 avellanas de bálsamo, frótalo entre tus manos para calentarlo y aplícalo sobre el cuerpo, comenzando por los pies, hacia las piernas y hasta el plexo solar. Continúa subiendo hasta el cuello, insistiendo sobre la nuca.
Conservación
Proteger de la luz y el calor. Este producto se conservará durante al menos 6 meses.
Lista de alérgenos
Limoneno, Linalol.